¿Por qué es mejor comprar productos locales?

La respuesta parece simple. 

Bastaría con darte un motivo simple y razonable. Pero primero necesito que respondas tú a esta pregunta (o al menos hagas una reflexión): 

Si te digo que consumir productos locales es mejor… 

¿Mejor para qué?

Y sobre todo, ¿para quién?

Seguro que se te ocurren infinidad de razones por las que comprar productos “del terreno” es mejor que ir a un gran supermercado (donde casi siempre todo es importado de la otra punta del mundo). 

Aunque puede que solo te quedes en la superficie: el factor medioambiental. 

Sí, razón no te falta. Cierto es que el ecosistema es uno de los más afectados. ¿Pero de verdad se queda ahí?

Pues no. 

Eso es solamente la punta del iceberg.

Todo comienza en la producción, el consumo responsable y el impacto positivo que genera, tanto en ti como en otros factores externos. 

Si piensas que uno de los beneficios de que compres productos locales es que cuidas del planeta, vas por buen camino. Pero también contribuyes a (muchas) más cosas.  

Te las cuento. 

 

3 tips para incentivar la producción y el consumo local y consciente

Vale. 

Puede que por el mero hecho de comprar en el kiosco de la esquina no vas a cambiar el mundo ni a detener el cambio climático. 

Pero ¡ey!, cada granito de arena cuenta, ¿verdad?

Solo aplicando pequeños cambios positivos en las compras diarias apoyas al consumo responsable y consciente.  

Aquí van unos consejos.

 1. Sí a los alimentos locales y de temporada

Y con esto me refiero a que no es igual un producto local de temporada que uno local fuera de temporada. 

“Pero si es lo mismo, Lucía”. 

Ya te digo yo que no.

Fíjate en esta imagen.

 

Pues bien. 

Estos vegetales han sido recolectados en su momento de maduración, reduciéndose los costes de almacenamiento. 

Y esto hace que sea un alimento más saludable y sabroso

En cambio, si compras alimentos fuera de temporada, aunque sean de cercanía, seguramente han sido tratados en invernadero y necesitan más aditivos para su conservación. Lo que provoca una modificación de sus propiedades y de nutrientes.  

¿Ves ahora la diferencia?

Por tanto, siempre que puedas elige productos locales frescos y de temporada. 

Así disfrutas de todo su sabor y esplendor. ;) 

Además de que mejoras tu salud, le haces un favor a tu bolsillo porque se reducen los costes. 

 

2. La compra directa al productor como alternativa perfecta

Porque si tratas personalmente con la persona que elabora el producto generas un vínculo emocional y social de forma directa. 

Y hasta puedes conocer el nombre propio de quien elabora el producto.

(El mío ya lo sabes, pero si acabas de aterrizar pásate por aquí donde te cuento cómo empezó todo). 

 

3. El consumidor ético que va más allá

No se trata solo de comprar. 

Ni de hacerlo por beneficio propio.

¿Entonces?

Pues más bien de valorar las alternativas más justas, ecológicas y solidarias. Y es aquí donde entra en acción el consumo consciente. 

Pero como consumidor responsable también es importante tener en cuenta estas prácticas: 

  • Utilizar energías renovables.
  • Reducir, reutilizar y reciclar (en este orden).
  • Elegir la banca ética para la gestión del dinero.
  • Contratar servicios locales. 

Ya ves que no es una única cuestión de alimentación, sino también de hábitos y estilo de vida.

 

La clave para el consumo responsable: elegir los productos de proximidad

Seguro que en algún momento habrás oído hablar sobre el tipo de producción respetuosa con el medio ambiente. 

Solo que da rabia que a veces te cuentan el qué y el cómo, dejando de lado el por qué.

Pero tranqui, que para eso estoy aquí. 

Para contarte por qué esto es importante.

 

Hacia un mundo con productos más respetuosos con el medio ambiente (y las personas)

No es necesario que te diga que vivimos en una cuenta atrás constante de agotamiento de los recursos del planeta. 

Por eso te invito a hacer una reflexión.

¿De verdad piensas que el planeta tiene tiempo de regenerar recursos naturales a la misma velocidad que van nuestros hábitos de consumo?

A ver.

El mundo necesita un ‘kitkat’ (y no del que está lleno de azúcar). 

¿Sabes cuál es la mejor forma de empezar a darle un respiro?

Con productos de proximidad. 

Piensa en las tiendas de barrio. En las pequeñas verdulerías, fruterías, panaderías, mercados municipales. 

Incluso en las librerías, papelerías, tiendas de ropa, de cosmética. Ya que no tienen por qué ser solo de alimentación. 

 

 

Y es que a partir de aquí se pueden cambiar muchas cosas

Sobre todo hoy en día que hay tanta información, pero tan dispersa que muchas veces no sabes en qué o en quién confiar.

Puedes saber el origen del producto, cómo lo elaboran, qué ingredientes usan, si son materias primas de calidad, cómo lo envasan. Todo el proceso. 

Y por eso confías. 

Porque tienes contacto directo, de comunidad, de confianza. 

De transparencia  

Son productos de KM0 producidos en tu zona, que ayudan de forma directa a generar bienestar en las personas y el medio ambiente. Como en Malferida, que fomentamos el consumo del producto local hecho en Valencia con productores valencianos. 

 

Entonces, ¿cuál es el impacto (real) de comprar productos locales?

Como te llevo diciendo desde el principio, consumir productos de proximidad no solo repercute en las ventas y en el medio ambiente. 

Si no que la huella llega más lejos. 

Pero para responder a la pregunta te voy a hablar de ventajas y beneficios.

 

Beneficios económicos

Creación de empleo y mantenimiento de los actuales

Porque ayudas a que se mantengan las profesiones típicas de la zona. 

Esta conciencia colectiva permite que se desarrollen nuevas empresas con ideas innovadoras. Y, por qué no, que puedan revolucionar el mercado. Un poco como el espíritu rebelde de Malferida, vamos. :)

Economía local más equitativa

El hecho de que hayan tiendas de barrio permite que se reparta el comercio entre las empresas de la zona, lo que ayuda a mejorar la economía tanto local como la propia de los negocios familiares.

Beneficios medioambientales

Menor gasto energético

Un producto que se exporta lejos implica más logística general. Sin embargo, con los productos de cercanía se ahorra en transporte. 

También se reducen los gases contaminantes y los embalajes de envío, gracias a utilizar otros materiales como cajas de cartón en lugar de plástico. Todo cuenta.

Consumo más responsable y sostenible

Es pura lógica. Cuando se cuidan los aspectos que afectan al medio ambiente y a las personas, se aumenta el bienestar general. Y con ello la apuesta por una huella más ecológica y responsable. 

Beneficios para el consumidor

Productos de mejor calidad y, por tanto, más sanos

Los productos de proximidad son sometidos a menos procedimientos que afecten a sus propiedades. 

En el caso de la alimentación, esto facilita el acceso a productos ecológicos, como los alimentos frescos y de temporada, que tienen mucho más sabor y un precio más económico.

Consumo consciente

Cuando conoces el origen del producto tienes más confianza sobre lo que compras. 

A esto también se le conoce como transparencia. Y es justo el eje que nos marca en Malferida con nuestra fórmula que no es secreta

Beneficios para el productor o la empresa

Visión de futuro 

Si el productor recibe el apoyo del consumidor, puede apostar por nuevas inversiones y más posibilidades de desarrollo. 

Comercio justo y consumo responsable

El fabricante tiene una mayor libertad para poner sus precios, al ser una distribución directa sin depender de grandes intermediarios o estructuras que puedan imponerle sus condiciones.

¿Y para ambos?

Acceso a unos precios más justos

Gracias a reducir los costes de transporte y a prescindir de grandes intermediarios. Así son accesibles para el consumidor y rentables para el productor.

Mayor confianza y autoestima

Y es que solo con pasar por la tienda del barrio o los mercados y charlar con la gente ya se genera un vínculo de buenas relaciones y un ambiente de confianza mutua.

 

Recuerda: cómo y dónde compras sí importa

Para terminar, te refresco un poco la memoria con lo imprescindible para comprar productos locales de una forma más consciente: 

  • Consume alimentos frescos y de temporada. 
  • Apuesta por las tiendas de barrio. 
  • Haz la compra directa al productor. 
  • Adopta el rol de consumidor ético. 
  • Investiga sobre el origen del producto (cuanto más cercano, mejor).

 

Como ves, el consumo responsable y sostenible no solo se aplica con fines medioambientales. 

Más bien se trata de un conjunto de acciones que impactan de forma positiva también en las personas. 

Y eso depende de ti. 

Bueno, ¿ya estás pensando en apostar por el producto local? Puedes empezar por probar Malferida y contarme qué tal tu experiencia. :)